Los estilos de respuesta (o tipos de respuesta) dentro de la comunicación son aquellas tendencias particulares que nos caracterizan a la hora de comunicarnos e interactuar con las demás personas, pueden ser generales o depender de circunstancias particulares.
«Si siempre haces lo que has hecho, siempre obtendrás lo que has tenido».
Esta frase de Steven Hayes da pie a entender por qué mejorar nuestro estilo de respuesta puede ser importante para obtener diferentes resultados en nuestro día a día, tanto para sentirse mejor, como para vivir mejor el día a día.
Cuando nos comunicamos y relacionamos con los demás podemos identificar 3 estilos de respuesta básicos: Agresivo, Pasivo y Asertivo. En este artículo, revisaremos simplificadamente los estilos disfuncionales o perjudiciales para resolver: el pasivo y el agresivo, pues antes de hablar del estilo asertivo, es importante saber de qué se diferencia de los demás.
¿Qué es el estilo agresivo?
El estilo Agresivo implica defender tu punto de vista, sin hacer válida la experiencia que vivencian los demás.
¿Qué NO ES el estilo agresivo?
Ser agresivo dentro de estos estilos terapéuticos no tiene nada que ver con gritar, alzar la voz, decir groserías o ser agresivo físicamente. Por «agresivo», sólo nos referimos a cuando nuestro estilo de hablar, radica en sólo defender lo que pensamos.
¿Qué es el estilo pasivo?
Ser pasivo, implica no defender tu punto de vista, por hacer válida la experiencia que vivencian los demás.
Consecuencias de la comunicación disfuncional
Ser agresivo, tiene como consecuencia la gran posibilidad de invalidar la experiencia que vivencian los demás. La metáfora de los sabios ciegos y le breve lectura ¿Qué es la validación? Pueden ayudarte a entender lo que implica invalidar el punto de vista de otra persona, por si no las has leído. Esto es inconveniente para nuestros objetivos, pues como lo mencionaba en las lecturas anteriores, la invalidación produce emociones desagradables que naturalmente, van a ser rechazadas por las personas, pues a nadie le gusta experimentar las sensaciones desagradables que genera la invalidación. Dentro de este rechazo, es probable que las personas también te invaliden a ti, como consecuencia de haberlas invalidado. Sentirse invalidado al momento de intentar comunicarse es un patrón común dentro de diversas problemáticas psicológicas debido a que lleva a diversas conductas como las discusiones, el aislamiento, la depresión, el alcoholismo, etc…
Ser pasivo suele parecer la opción mas viable. Es la opción de las personas que ya no quieren discutir o sentirse culpables, por ejemplo. Puede parecer más cómodo, sin embargo, no generar un contexto en el cual nuestras necesidades tengan relevancia, también puede llevar a conductas de aislamiento, tristeza y/o inactividad.
Conclusión: tanto el estilo pasivo como el estilo agresivo, suelen ser estilos de respuesta comunes en las personas, que generan dificultades psicológicas y/o interpersonales para sí mismos y/o para las personas que nos rodean. Parece simple la idea de tener un balance entre ambos estilos, sin embargo, podría decirse que muchas personas carecen de esta habilidad. Entrenar un estilo de respuesta asertivo no será una solución mágica para todas las cosas que puedan suceder, pero sí que brinda una herramienta que en el día a día puede ayudarte a establecer pautas de comunicación y convivencia más saludables con los demás. Más adelante, también descubrirás que ser asertivo contigo mismo (entre la lógica y las emociones) también es una herramienta para acercarte a tus metas vitales.
¡Felicidades! has terminados los recursos de la primera parte del entrenamiento en comunicación asertiva.