Los niveles de validación son pasos progresivos que permiten avanzar hacia un diálogo genuinamente validante, que parte desde tener en cuenta lo básico dentro de la comunicación, hasta poder incluso conectar profundamente con las personas y con uno mismo, pero sobre todo, para saber comunicar y resolver nuestros problemas con los demás.
Nivel 1: Escuchar y observar
No hablo de estar mirando a la persona, sino de “estar despierto” e interesarse por el otro, dirigir la mirada y no interrumpir. Es muy útil notar al mismo tiempo, cómo nos sentimos cuando se expresa la otra persona para comunicarlo después.
Ejemplo:
- “Me duele escuchar que crees que no eres importante para mí”.
Nivel 2: Reflejar con precisión
Reflejar con precisión, como un espejo, lo dicho la otra persona implica comunicar que lo expresado por esa persona ha sido entendido, por medio de repetir o parafrasear lo dicho extrayendo correctamente la idea central, y pudiendo descartar posibles malentendidos. Sin interpretar, sin añadir ideas, suposiciones o adivinaciones de uno mismo.
Ejemplos de malos reflejos
El que habla: “No es que no me guste que prefieras quedarte en casa, sino que no me agrada que pases mucho tiempo sólo”.
Mal reflejo: “Entonces quieres que salga contigo” (suposición).
Mal reflejo: “Quizás quieres que te acompañe porque no te sabes cuidar sólo (interpretación)”.
Mal reflejo: “Tu ya no quieres ser mi pareja porque no salgo de la casa” (añadir ideas).
Buen reflejo
El que habla: “No es que no me guste que prefieras quedarte en casa, sino que me preocupa que pases mucho tiempo sólo”.
El oyente: “que yo pase mucho tiempo sólo es lo que no te agrada, ¿correcto? No el que no esté contigo ni el que no salga de la casa”.
Nivel 3: Decir las emociones no dichas.
Articular emociones y pensamientos no dichas explícitamente por la otra persona, pero presentes en lo que está diciendo es importante:
Ejemplo
El que habla: “No es que no me guste que prefieras quedarte en casa, sino que no me gusta que pases mucho tiempo sólo”.
El oyente: entiendo que quizás te sientas preocupada o molesta con que pase mucho tiempo sólo y que pueda molestarte que yo no quiera salir.
Nivel 4: Validar en términos de causas
Quizás uno de los niveles de validación más importantes. Se trata de añadir al discurso cómo la conducta de la otra persona tiene sentido a la luz de su historia previa, dicho de otro modo, se valida en términos de cómo fueron las cosas en el pasado. Un ejemplo que ayuda a clarificar este nivel de validación es el siguiente:
Cuando me encontraba dando cátedra en una universidad, una alumna me comentó que ella trataba de explicarle a su hija lo absurdo que era que ella quisiera que le compraran el IPhone más nuevo, ante lo cual la niña no hacía más que llorar y decirle que era una mala madre, lo cual generaba peleas y discusiones entre ellas. Ciertamente, la madre tenía razón, pues ni siquiera un adulto podría darse ese lujo fácilmente. Sin embargo, su respuesta era sumamente invalidante al decir que a su hija que “era una tonta” por pedir ese tipo de cosas.
Al tratar de hacer válido (validar) por qué la niña decía lo que decía (que quería un IPhone), resultó ser que la niña tenía una abuelita que le compara en exceso, muchas de las cosas que le pedía cuando salían. Entonces, a la luz de su experiencia personal, tiene mucho sentido que la niña creyera que le podrían comparar lo que pidiera. Contrario a ser “una niña tonta”, como decía su madre, en realidad, era un reflejo de la permisividad de su contexto, pues la madre pasaba poco tiempo con ella, y gracias a que la niña aprendía correctamente, había aprendido cómo funcionaban las cosas para ella. Sin embargo, la madre no podía ver más allá de su punto de vista, debido a que se permitía a sí misma decirle lo que quisiera a la niña. Tener una madre que vive bajo la idea de que puede hacer lo que desee, hace por ejemplo, sumamente válido crecer creyendo que uno puede obtener lo que desee. Cuando validamos en términos de causa, descubrimos que no hay sorpresas.
Ejemplo
El que habla: “No es que no me guste que prefieras quedarte en casa, sino que me preocupa que pases mucho tiempo sólo”.
El oyente: “Entiendo que te preocupa porque la vez que me deprimí pasaba mucho tiempo sólo, y entiendo que creas que estoy minimizando la situación porque antes he dicho que estoy bien cuando no es así”.
Nivel 5: Validar en términos del contexto presente
Este nivel significa buscar formas en las que la conducta de la otra persona tiene sentido en las circunstancias actuales. El «modelo cognitivo y el entrenamiento en comunicación X,Y,Z.
Ejemplo
El que habla: “No es que no me guste que prefieras quedarte en casa, sino que me preocupa que pases mucho tiempo sólo”.
El oyente: “Entiendo que ahora te sientas frustrada porque estás tratando de ayudarme y me sigo quedando en casa”.
Nivel 6: Tratar a la persona como válida – ser radicalmente genuino
Si bien los niveles de 1 a 5 se consideran pasos secuenciales, el nivel 6 es más cercano a validar genuinamente a una persona y hace uso de todos los puntos anteriores. Consiste en identificar situaciones personales en las cuales uno mismo también podría experimentar las mismas emociones y pensamientos o haber puesto en marcha las mismas conductas: “yo también me sentiría de esta manera”, “también me molestaría si estuviera en tu lugar”, “claro que tendría ganas de salir corriendo, aunque estuviera mal”.
En esencia, se trata de respetar a la otra persona, pues los puntos de vista, las acciones, las emociones y los pensamientos, son válidos en las circunstancias de cada quien. A mis pacientes deprimidos les he contado que muchas veces tampoco quiero levantarme para ir a trabajar, a los niños y adolescentes les cuento que a veces también me da pereza y dejo las cosas para después. Esto no quiere decir que sea correcto o que sea lo mejor que ellos puedan hacer, pero antes de orientarlos hacia lo mejor que sí pueden hacer, necesito hacer válida su experiencia, y lo mismo sucede en cada relación humana. La invalidación es de hecho, uno de los principales elementos de la comunicación que pueden hacer sentir peor a la persona con la que interactuamos. Hacer sentir mal a los demás no hace más que impedir que se avance hacia una mejor solución.
Cuando durante la comunicación hacemos sentir de peor manera a la otra persona, no importa cuánta razón tengamos; solamente estamos alejándonos de nuestros propios objetivos, de generar soluciones útiles y, sobre todo, de las cosas que pueden llegar a ser importantes en nuestras vidas, como lo es el amor, la unión y la paz.