Comúnmente, los psicólogos no nos cansamos de decir que un psicólogo no da consejos. Es verdad, nuestro trabajo es diferente a ello. A lo que nos referimos más bien es que no damos consejos a las personas sobre lo que tienen que hacer con sus vidas, y esto no quiere decir que como instructor de Mindfulness no pueda ofrecerte los siguientes consejos fundamentales para que puedas llevar a cabo tu práctica de meditación de manera óptima y saludable.

Uno: Asegúrate de que estás sólo y en un lugar sin interrupciones para meditar.

Desconecta el teléfono y asegúrate de que nadie te va a molestar incluso pidiéndoselo a tus familiares. Es común y posible que no lleguen a entenderlo de inmediato, lo cual puede ser un reflejo de las causas de cierto malestar psicológico, pero es posible que resignarse a ello no sea algo acorde a vivir la vida que deseas vivir.

Dos: No te ancles a una expectativa.

A veces la mente está demasiado activada como para calmarse a la brevedad. Comúnmente tan sólo toma e incluso a veces no logra detenerse. Esta situación suele ser con frecuencia un reflejo de nuestro ritmo de vida presente, pues nos resulta sencillo meditar cuando nuestra vida se encuentra en orden, mientras que nos resulta complicado cuando es posible que necesitemos cambiar o arreglar las cosas en ella. No te acomplejes por sentir que no puedes meditar, pues el hecho de luchar “en contra” de lo que sucede con tu mente, no hace más que incrementar su activación.

Tres: No luches con no poder.

Aprender a aceptar, de hecho, que cualquier cosa puede pasar al meditar, es una práctica literal de aceptación, y ese es un propósito fundamental de la meditación. La aceptación nos conduce a reconocer las cosas tal y como son. Algo que me suele funcionar, es tener una actitud de aceptación, de cariño y compasión hacia cada parte de mí que se encuentre “alterada”, incluida mi mente. En algunos casos, llego incluso a ser agradecido con el echo de que tengo esta mente que intenta protegerme de lo que percibe como una amenaza. Esta actitud de amabilidad, suele ser esencial hacia lo que experimentamos en momentos difíciles de nuestra vida.

Cuatro: No seas duro contigo mismo.

Meditar no tiene nada que ver con hacer algo “bien” o “mal”. Esta dualidad de “bien” y “mal”, es producto de nuestra mente juiciosa. Meditar tiene más que ver con dejar que la mente identifique su propia naturaleza juiciosa que con hacerlo “correctamente”. Aprender a tomar distancia estos juicios es el propósito de desarrollar flexibilidad psicológica. Una persona que ha dejado de meditar porque “lo hace mal”, es justamente una persona que necesita meditar, pues es probable que, de la misma manera, las historias de su mente lo hagan alejarse con frecuencia de las cosas verdaderamente importantes en su vida.

Cinco: No insistas con técnicas de meditación que no te conduzcan a un silencio interior.

Prueba con diversas técnicas para ir encontrando lo que más te ayude a concentrarte. No existe un tipo específico de meditación que sea efectiva para todos. Además del escaneo corporal hay otros tipos de meditación que podrás encontrar en nuestro repertorio de Mindfulness. Al principio puedes apoyarte de audios o sonidos, pero la consciencia plena a tu respiración es algo que siempre llevas contigo.

Seis: Ten presente tu intención y tu propósito.

El mayor consejo que te puedo dar, es que recuerdes tener propósito al hacerlo, y tener muy clara la intención por la cual lo haces, no lo hagas por hacerlo. Para meditar bien, como lo es con cualquier otra cosa en la vida, necesitas tener la intención de estar ahí verdaderamente. Es normal que tu atención se vaya hacia pensamientos sobre el pasado o el futuro, pero cuando tienes continuidad de propósito e intención, notas esos pensamientos, para volver a dirigir tu atención amablemente a la respiración o a las sensaciones con facilidad. Tu intención debe ser clara y debe estar libre de otras obligaciones. Esto no se trata de nadie más que de ti y de la vida que deseas vivir.

¿Ya no quieres seguir sintiéndote mal?, ¿quieres alejarte de lo que te hace daño e ir por lo que para ti es importante?, ¿quieres dejar de tener problemas con las personas que amas?, ¿quieres alcanzar tus objetivos de vida?, ¿quieres dejar de sufrir y vivir una pena que valga la vida? Yo no lo sé, pero recuerda cuáles fueron tus propósitos al acudir a terapia. Como experto en psicoterapia, puedo decirte que toda la elaboración de este curso, tiene que ver directamente con los objetivos que tú mismo has estipulado para tu proceso terapéutico.

Tu mente te dirá muchas cosas al respecto, eso no lo dudo. Pero este es el mejor consejo que te puedo dar: “Sal de tu mente. Entra en tu vida”.