Después de haber adquirido herramientas importantes como es la asertividad y la comunicación (X,Y,Z), es importante dar pie a la resolución de problemas a las naturales diferencias interpersonales. Para ello, es importante aprender a identificar y diferenciar si lo que estamos diciendo (o lo que nos están diciendo) es en realidad una queja, un comentario, o una sugerencia. Quizás lo más importante de este entrenamiento es aprender a cuestionarnos a nosotros mismos y a nuestra pareja:

“¿esto que estás diciendo es una queja, un comentario o una sugerencia?”

Queja

Implica expresar lo que nos disgusta en particular de una situación. Una queda no suele ayudar mucho cuando sólo permanece como tal, como una queja. Sin embargo, no es mala en sí misma; hay que tomarlo como el inicio de la solución a un problema. Después de todo y como hemos podido aprender a lo largo de este repertorio, TODO ES VÁLIDO, aún cuando sea difícil de afrontar o solucionar.

Las quejas (que se quedan en quejas) caben dentro del estilo de respuesta de agresividad y, por lo tanto, suelen generar emociones desagradables que van a llevar al oyente a evitar una situación donde hubo una queja que se quedó en queja, generando un consecuente bloqueo en la comunicación. Cuando hay una queja, ya sea nuestra, o de los demás, debemos de tratar de transformarla en sugerencia, haciendo los comentarios que sean necesarios para lograrlo. El bloqueo de la comunicación no sería malo por sí mismo, si no fuera porque genera que determinadas situaciones no lleguen a una solución, aquí es donde entra asumir un principio fundamental de lo relativo a lo interpersonal: “si nunca se aprovecha la ocurrencia de un problema para llegar a una solución, en el futuro, vuelve a aparecer como problema”.

Comentario

Un comentario consiste en proveer de información necesaria sobre lo que sucede. El mensaje X,Y,Z es el ejemplo de un comentario adecuado que evita el malentendido y resuelve las necesidades psicológicas. Un comentario suele ser normal y necesario cuando se va a tratar de sugerir algo y explicar por qué se sugiere. Un buen comentario en síntesis es aquél que va a servir para algo, es bueno y nos consta que es verdad. La lectura de los 3 filtros de Sócrates también enmarca una directriz valiosa para nuestros comentarios.

Sugerencia

La sugerencia es la herramienta más útil en la comunicación, dado que se centra en resolver un problema. Pero no cualquier sugerencia es útil, para que esta sea realista, efectiva y a prueba de errores, se proponen las siguientes reglas para hacer una sugerencia:

  • Debo ser asertivo y suficientemente validante cuando hago sugerencias: esta necesidad ha sido consistentemente abordada durante el repertorio de comunicación que te encuentras leyendo, y si no lo has echo, aborda el elemento «estilos de comunicación disfuncional».
  • Si no depende de mí, no existe: tú no puedes controlar lo que hacen los demás. Recuerda este principio fundamental de la terapia de pareja para que no fomentes expectativas que frustren tus intentos de llevar a cabo una sugerencia. ¿entonces? las sugerencias van a girar en torno a lo que tú puedes hacer, porque tu conducta, es lo único que puedes controlar. Por ejemplo: si a alguien se le olvidan las cosas, mi conducta puede ser un recordatorio o bien, reforzarlo por no olvidarlas, si alguien es agresivo conmigo, mi conducta puede ser no resolverle las cosas actuando de esa manera o bien, alejarme en ese momento, mientras que si alguien no quiere cooperar, mi conducta puede ser hacer contingentes (exclusivos) determinados beneficios a cooperar, o retirándolos si no coopera previo acuerdo. Nuestro entrenamiento conductual contempla un efectivo y amplio repertorio de estrategias que te ayudarán a favorecer la modificación conductual, desde las cosas que dependen de ti.
  • Si se va a hablar de un problema, es para proponer una solución: las peticiones deben ser específicas y claras, en vez de globales y vagas – por ejemplo, “me gustaría que lavaras los platos después de la cena”, en vez de “debes dejar de ser tan desordenado”. La segunda oración es una instrucción y petición precisa, la primera, es más bien un juicio invalidante e innecesario.

Ejemplo de una pareja solucionando

Laurio y Luisa eran una pareja de adultos maduros y roles tradicionales bien definidos: Laurio era un mecánico que se dedicaba a proveer el hogar, mientras que Luisa, era un ama de casa. En algún punto de la terapia, tras una serie de aclaraciones durante las sesiones, se identificó que parte de la insatisfacción de los miembros de la pareja, era que Luisa no se sentía plenamente satisfecha llevando a cabo las labores del hogar, por lo que, al comunicar, clarificar malentendidos, y validar sus necesidades, se propuso que Luisa podría llevar a cabo alguna actividad que le hiciera sentir más satisfecha, fuera de las ocupaciones del hogar. Pero un cambio tan sustancial como este, requirió todo lo abordado durante este repertorio de comunicación. Aunque ahora Luisa podría llevar a cabo actividades con las que se sentía satisfecha (se dice fácil) en realidad hubo que llevara  cabo una serie de ajustes en pareja, pues aunque Laurio estaba dispuesto a mejorar la relación, su trabajo en el taller era muy demandante, y no resultaba sencillo poder ajustarse a la ausencia de Luisa en casa.

Un ejemplo muy claro fue la situación con la despensa: Laurio era diabético, situación por la cual, era necesario tener determinados alimentos e ingredientes en la despensa. Una tarde, la ausencia de Luisa estaría relacionada con la falta de determinados alimentos para el cuidado de su enfermedad; situación que llegó a frustrarlo mucho y a generar una discusión, a presentar quejas y malentendidos . Antes de permitir que cualquier idea social o juicio de valor personal pueda permear innecesariamente sobre la problemática, hubo que hacer uso de las herramientas de nuestro repertorio para solucionar el problema.

  • Laurio pudo ser asertivo con el problema durante la sesión y después fuera de ella: hizo válidas las necesidades de Luisa de tener algo en su vida más allá del cuidado del hogar y los hijos. Ellos se casaron muy jóvenes y toda la vida se vio muy presionada como mujer por los estudios, la familia, ser madre, etc… y tiene sentido que tras toda su dedicación personal, considerara que fuera tiempo de darse a sí misma algo satisfactorio (como salir con sus amigas) incluso por el propio bien de la relación, al evitar así sentirse amargada y estresada, y evitar lastimar a Laurio (situación que también le dolía).
  • Luisa pudo ser asertiva con el problema también: ella hizo válida la frustración de Laurio a través de entender la preocupación por cuidar de su salud, pues (¡sorpresa!) recordó que a la madre de Laurio llegaron a amputarle una pierna, derivada de esa enfermedad, lo cual fue una situación muy dolorosa para Laurio y toda su familia. Siendo que cualquier ser humano pueda tener tanto miedo a la luz de esa experiencia, tiene sentido tener miedo y tratar de cuidar su alimentación para alejar ese miedo.
  • Después de asegurarse de haber validado adecuadamente a su pareja, Laurio defendió sus necesidades siendo concreto con el problema y dejando a un lado los juicios de valor personal: «necesito comer adecuadamente para cuidar mi salud». Mientras que Luisa pudo poner en claro expresar sus necesidades: «necesito algo más que cuidar del hogar para evitar que nuestra relación vaya mal».
  • Tras convertir la queja en sugerencia, Laurio propuso poner un pizarrón en el refrigerador, y estar al pendiente de todos los alimentos faltantes para anotarlos en él, así como darle todo lo necesario a Laura para que pudiera surtir la despensa, además, se comprometió a que por cada mes que hubiera lo necesario en la despensa, él llevaría a Laura a pasear, o lo daría un gusto. Laura por su parte, se comprometió a estar atenta al pizarrón y a surtir la despensa cada mes, además, se comprometió a preparar la comida de Laurio si él anotaba adecuadamente todo lo faltante en el pizarrón.

Visto de esta manera, resulta increíble pensar, que antes de la terapia, existían en ambos dolorosas historias de la mente como: «no le importo», «sólo piensa en sí mismo/a», «es un/a malvado/a», «me odia», «nunca seré feliz a su lado», etc…