¿Qué es un reforzador natural?

Escrito por Rodrigo Salgado

junio 27, 2023

En este artículo no sólo espero poder exponer una definición habitual del reforzador natural, sino que también espero poder explicar su origen, el contexto de su uso terapéutico en la depresión y la vergonzosa evidencia de que los acusadores del conductismo como una especie de maquiavélica voluntad manipuladora padecen de una enorme suerte de efecto Dunning-Kruger.
 
Primero que nada, dentro del análisis y la ciencia conductual, sabemos que toda conducta de un organismo vivo tiene lugar en un contexto concreto y se ve reforzada por sus consecuencias. Estas son las denominadas «contingencias de la conducta», – puedes revisar mi artículo sobre el castigo y el reforzamiento al respecto si necesitas mayor contexto -. Pues bien, esto puede ocurrir de manera natural, o arbitraria.
 
Las definiciones de arbitrariedad en un marco coloquial pretenden referirse a todo aquello que depende de la voluntad de una persona y no obedece a principios dictados por la razón, las leyes o la lógica. Esta definición de arbitrariedad, no termina de funcionar para nada en la clasificación de lo que es un reforzador arbitrario. Es necesario que, dentro del análisis funcional, por «persona», más bien nos refiramos a la fuente del reforzador. Tampoco funciona hablar de leyes para este caso, pues el pago de un salario puede ser legal, sin dejar de ser un reforzador arbitrario, y un baño caliente puede relajarme conforme distintas leyes biológicas y naturales lo permiten sin que la relajación muscular deje de ser un reforzador negativo natural. En cuanto a la lógica, pareciera más cierto que lo más probable es que me relaje si es que tomo un baño cliente.
 
Tampoco recibimos dinero, de manera lógica, sólo por visitar el cajero automático. En este caso, poder disponer de mi dinero es el reforzador de esa conducta. Pero si en algún momento, y por cualquier razón, yo dejara de poder tener el acceso a mi dinero en el cajero automático, esta conducta se extinguiría. Probablemente dejaría de frecuentar el cajero automático y evidentemente cuestionaría ¿qué caso tiene ir? ¿para qué voy al cajero si no me permite disponer de mi dinero?
 
Para fines de esta clasificación de reforzamientos, la ocurrencia del reforzador de tener acceso a mi dinero, es arbitraria y en todo caso, nos encontramos en el contexto de la ocurrencia de una conducta reforzada independientemente de si la fuente del reforzador es un sistema o una persona. No es lógico recibir el dinero por visitar al cajero, sólo lo es bajo ciertos criterios arbitrarios. La lógica, por su parte, se refiere a aquello que ocurre de acuerdo con las leyes naturales, conforme la marcha habitual de las cosas o en correspondencia y coherencia con los hechos que anteceden.
 
Bien, aquí es dónde se tienen que cuidar los prejuiciosos; no todas las conductas, son reforzadas de manera arbitraria por otras personas o mecanismos de nuestro entorno. Algunas conductas se ven reforzadas de manera posterior, natural y lógica. Entonces:
“Un reforzador natural, es aquél reforzador cuya ocurrencia está vinculada de manera lógica y natural a la recompensa inmediata del entorno”.
Por ejemplo, cada vez que parpadeo, naturalmente, se atenúa una ligera sensación de resequedad que hay en mis ojos, por lo tanto, aliviar esa sensación de resequedad es un reforzador natural de la conducta de parpadear en el entorno de la fisiología del ojo. No hubo un intermediario ni ninguna intención de por medio, ni siquiera yo vivo planeando que esto suceda, y mucho menos, existe una voluntad santa o maligna detrás. Es así para la mala suerte de la psicología cristiana de los retractores de la psicología basada en evidencia que en la actualidad proliferan en redes sociales.
Las leyes naturales que rigen la conducta de los organismos vivos, ocurren todo el tiempo, en su mayoría, de manera natural: se me quitó la sed al beber agua, sentí satisfacción por escuchar una canción, me dio calor por usar una chamarra verano, se me quitó la comezón por rascarme, etc…. Así es, las leyes naturales que rigen la conducta de los organismos vivos, ocurren, independientemente de los gustos. El analista conductual solamente ha descrito lo que ocurre sin tener directamente una pretensión «maligna», o «narcisita» que “ignora las necesidades emocionales de los niños”. Esta postura es el equivalente moderno al terraplanismo dentro de la psicología basada en evidencia, que caracteriza un efecto Dunning-Kruger.
Los conductistas analizan a menudo las diferencias entre lo que han denominado refuerzo «natural» frente a refuerzo «arbitrario», como muchas las hay en el análisis y la ciencia conductual (por su intensidad, por su magnitud, por su frecuencia, etc…). Los terapeutas conductuales-contextuales buscamos y llevamos a cabo una amplia aplicabilidad de ellos mediante diversas técnicas.
Por ejemplo, todos hemos visto alguna vez en redes sociales algún video donde se muestre el proceso en el que un objeto sumamente sucio o viejo, quede totalmente limpio o como nuevo. Al ver estos videos surge alguna especie de placer o recompensa que nos hace terminar el video o ver otro de este tipo. Pues algo así sucede también cuando dejamos impecable nuestra habitación o dejamos limpia la cocina. Esto puede resultar ajeno para algunas personas, pero en terapia los llamo «placeres de señora» (tan sólo es un ejemplo para ejemplificar lo que ocurre durante las intervenciones de activación conductual para la depresión. Espero no ser cancelado por el mínimo grado de humor).
Si bien, en cambio, uno se premia a sí mismo con un caramelo después de limpiar su habitación, este será ya un reforzador arbitrario. Un reforzador arbitrario es aquél reforzador cuya ocurrencia no está vinculada de manera natural a la recompensa inmediata el entorno, y en su lugar, es suministrado bajo la intención de un individuo o mecanismo.
Sin embargo, es común que, en las intervenciones terapéuticas de activación conductual, se combine la búsqueda de la obtención de los reforzadores naturales, como los entrenamientos en auto-recompensa que implican reforzadores arbitrarios. Dicha combinación, simplemente busca enriquecer la cantidad, validad y variedad de reforzadores que puede tener la activación conductual, con el fin de favorecer la percepción de una vida más satisfactoria para la persona que padece depresión.
En algún momento, mencionaba que, probablemente, dejaría de frecuentar el cajero automático y evidentemente cuestionaría ¿qué caso tiene ir? ¿para qué voy al cajero si no me permite disponer de mi dinero? esto lo mencionaba con la intención ilustrar cómo es que una persona deprimida, realmente se pregunta ¿para qué vivir? cuando, debido a una pérdida y/o a la existencia de un contexto que no permita más vivir una vida satisfactoria. La diferencia es que la obtención del dinero en el cajero automático ejemplifica un reforzador arbitrario, pero más bien, la persona que padece depresión se encuentra ante una situación que le impide tener acceso a sus fuentes de reforzamiento natural.
Si bien, sabemos que lo que tengo que hacer es buscar otro medio para disponer de mi dinero, la activación conductual para la depresión, busca ayudar a que las personas vuelvan a implicarse con los reforzadores naturales que tiene su vida, para lo cual, la terapia de activación conductual tiene técnicas específicas. Doy mucho más detalle de esto en mi artículo: «la paradoja de la depresión».
Espero que la lectura de este artículo pueda brindarte el reforzador natural de sentir satisfacción por haber aprendido más sobre un concepto relevante dentro de la activación conductual y la psicología basada en evidencia, como lo he obtenido yo de la conducta de escribir un artículo que sea útil para mis socios y colegas. No dudes en suscribirte a nuestro blog y en cultivar una actitud despierta para los increíbles reforzadores naturales que la vida tiene para ti.
Referencias
– Martell C.R., Dimidjian S. & Herman-Dunn R. (2010) Behavioral activation for depression.

– Kazdin A. E. (1996). Behavior Modification in applied settings.

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